Soy Abogada, recien egresada de la UDG, tengo 34 años y quiero compartirles que mi madre cuenta que en las elecciones de 1976, José López Portillo era el único candidato postulado simultáneamente por el PRI, PPS y PARM. El ganador, sin duda… Cantinflas y que el PAN, el único partido de oposición con registro, decidió no postular candidato.
López Portillo recorrió solo el país durante seis meses, para luego enfrentar unas elecciones en las que quedó en tercer lugar: primero fue el abstencionismo con cerca del 70 por ciento; luego, dicen las malas lenguas, Mario Moreno Cantinflas y después el JoLoPo (así de feo, con esas iniciales). Yo fui escrutador en las votaciones de julio del 2000, y en ese entonces hubiera ganado el Dr. Simi o Hugo Sánchez.
Pero en este país abstenerse no significa nada, pues con un voto se gana las elecciones. Anular la boleta o votar por un candidato no registrado, como Cantinflas o el Dr. Simi, tampoco sirve de gran cosa, pues los votos nulos se descuentan cuando se trata de los cálculos electorales, es decir se excluyen de la llamada votación efectiva. Ahora un grupo de ciudadanos está promoviendo la idea de acudir a las urnas y tachar toda la boleta para anular el voto.
Es una forma de ejercer el derecho al voto y protestar al mismo tiempo. Sin duda el principio es correcto: la mejor forma de mentarle la madre a los partidos (que es de lo que se trata) es no votar por ninguno de ellos, pero para que la protesta sea significativa debe notarse. Conforme aumente la cantidad de votos nulos ésta se volverá fuerza electoral del estado. La cantidad de votos que se anulan porque la gente tacha más de un cuadro, porque no queda claro por cual partido quiso votar, o los que lo hacen concientemente, cobra valor.
Hay quienes se niegan a creer que algunos ciudadanos simplemente no se identifiquen con ningún partido, que les han perdido la confianza, que están enojados con ellos por sus diversos abusos e injustificados privilegios, y que se han organizado espontáneamente en diversos movimientos. Muchos de nosotros nos sentimos alejados de todos los partidos por considerarlos esencialmente iguales en su ineficacia, corrupción, abuso e impunidad, nos es indiferente el voto a algún partido, porque nos da igual cuál de ellos gane.
Pero ahora ni siquiera les regalaremos nuestra indiferencia, ahora iremos y expresaremos en las urnas nuestra inconformidad con el sistema mismo. Tal vez nos quedemos con el “menos peor”, como dicen algunas celebridades del medio, pero marcaremos la nueva postura de la sociedad, ya no estamos dispuestos a quedarnos de brazos caídos. Este solo es el comienzo. Mi teoría es: “Pueblo, tu pagas…. Pueblo, tu mandas, Político, tu cobras…Político tu trabaja.”
Saludos.
Lic. Maria Alejandra Hernández Flores
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